EL ORIGEN DEL HOMICIDIO



Sábado 14 de Abril 

Lectura: Juan 8: 43-45
43¿Por qué no entendéis mi lenguaje? Porque no podéis escuchar mi palabra. 44 Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer. él ha sido homicida desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando habla mentira. 45 Y a mí, porque digo la verdad, no me creéis.

VERDAD CENTRAL: El diablo es el creador y originador de todo homicidio, pero Jesús vino para deshacer sus obras. 

INTRODUCCIÓN
Jesús enseñaba diciendo que él era la luz del mundo y la verdad que haría libre a todo aquel que la recibiera. Pero, esas palabras no cayeron en gracia para los dirigentes religiosos de los judíos. Ellos estaban muy molesto con las señales de Jesús y querían matarlo. Pero el Señor Jesús sabia lo que pensaban en su corazón y por eso les decía que ellos no eran hijos de Abraham, porque querían matarlo. Surgió así una discusión en la cual los judíos afirmaban ser hijos de Abraham, pero el Señor les decía que los hijos actúan de acuerdo a la naturaleza de su padre. Más importante que decir de quien somos hijos es preguntarnos cómo actuamos. Esa es la prueba decisiva.

CUERPO
1- No todos son hijos de Dios.
Comúnmente existen la idea que todos los seres humanos son hijos de Dios, pero eso se debe a una confusión de términos. Todos fuimos creados por Dios y, por ese motivo, somos sus criaturas. Pero, el ser hijo de Dios es una cosa muy diferente. Una cosa es ser criatura de Dios y otra ser hijo de Dios. El ser hijo de Dios consiste en poseer la misma naturaleza del Padre, es decir, pensar y actuar como él. Ese era el problema con los judíos, ellos no pensaban como Dios. Por eso Jesús les dijo: "No podéis escuchar mi palabra (v. 43)". Los judíos tenían dificultades para entender las enseñanzas de Jesús, pero las dificultades no eran porque esas enseñanzas fueran difíciles sino les mostraba sus pecados. Solamente las personas que caminan conforme a los valores de la palabra de Dios son los que pueden ser llamados hijos de Dios. Para eso, es necesario tener un arrepentimiento sincero y recibir a Jesús como salvador.

2- Cual el padre, tal el hijo.
De acuerdo a los deseos y conductas de las personas podemos saber de quién son hijos. En el caso de los judíos, tenían planes para matar a Jesús. Por eso el Señor les dijo: "Vosotros sois de vuestro padre el diablo, y los deseos de vuestro padre queréis hacer" (v. 44). Las palabras de Jesús fueron muy fuertes cuando les dijo que ellos eran hijos del diablo. Pero, aunque suene duro, los planes que hacían demostraban que el Señor les decía la verdad. Dado que ellos querían matar a Jesús de ninguna manera podían decir que eran hijos de Dios. El Padre es un Dios de vida y no de muerte. Por el contrario, el diablo es quien desea matar. Estas palabras del Señor deben ser motivo para que reflexionemos ya que son nuestros deseos y nuestras conductas las que determinan si somos o no hijos de Dios. Si en nuestro corazón guardamos sentimientos de rencor o de venganza contra alguna persona, no estamos actuando como hijos de Dios. Si en el corazón abrigamos la idea de quitarle la vida a una persona, por la razón que sea, no estamos pensando como Dios sino como el diablo. Solo un sincero arrepentimiento y una renuncia a todo deseo de homicidio puede llevarnos a ser hijos de Dios.

3- El primer homicida.
Jesús continuó explicando que el homicidio tuvo su origen el mismo Satanás cuando dijo: "Él ha sido desde el principio, y no ha permanecido en la verdad, porque no hay verdad en él" (v. 44). La idea malvada del homicidio comenzó con el diablo y toda persona que comete un asesinato o desea cometerlo se está identificando con los deseos de Satanás. Todo el dolor y el sufrimiento que se produce cada vez que se mata a un ser humano, tiene su origen en el diablo y no es la voluntad de Dios. Por eso, debemos cuidarnos de no desear la muerte de nadie por ninguna razón. Absolutamente por ninguna razón.

APLICACIÓN
Dada la mucha violencia que hoy existe el ser humano puede reaccionar de manera vengativa y desear la muerte de quien le ha hecho mal o ha lastimado a un ser querido. Así es como comienzan las cadenas de venganzas que terminan por destruir muchas vidas. Pero, no hay que olvidar que todo eso tiene su origen en el diablo. Jesús vino para enseñarnos un camino diferente. El camino del perdón y de la redención. Cuando el ser humano renuncia a sus deseos de venganza alcanza una liberación que le produce profunda paz. Eso solo es posible con la ayuda de Dios. Cuando una persona se arrepiente y se entrega con sinceridad al Señor Jesús, es liberada de las cadenas de amargura y de venganza. Hoy es un buen día para esa liberación creyendo en Jesús como salvador.


Guía para células de Misión Cristiana Elim

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